Cuando una mujer se enamora, todo alrededor vuelve a brillar, jura desde el fondo de su alma, que ya encontró la dicha que siempre soñó. Vuelve la dulzura en su mirada, lleva el sentimiento a flor de piel y vuelve a sonreírle a las mañanas y la luna existe sólo para dos. Cuando una mujer de verdad se enamora, el cielo se estremece, renace la ilusión. Lo sentirá por dentro, profundo, igual a lo que siento yo.